Ni la noche cae como en otras aldeas:
acá la luz se desploma como un cuerpo dormido.
El decorado parecen resquebrajarse
por el viento y el abandono.
La luz, ya desplomada, como un cuerpo ciego,
como un cuerpo que duerme y que sueña con tigres,
ensalza la carne.
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